Estamos acostumbrados al concepto de que acceder a educación
significa estar en un salón de clases donde un profesor imparte su
conocimiento a un grupo mas o menos numeroso de alumnos, cuya principal
función es escuchar y asimilar lo que este dice.
Este
concepto esta cambiando en forma vertiginosa y nuestra sociedad está
dando paso a la educación virtual, cuya principal diferencia es que ya
no es el profesor el protagonista del modelo de estudio, sino que es el
alumno quien toma el control del aprendizaje.
La educación
virtual está ligada a la tecnología del Internet, a través de la cual
el profesor y los alumnos interactúan, aunque no necesariamente en
tiempo real, desde cualquier lugar del planeta.
Este modelo de
educación se acomoda al tiempo y a las necesidades del estudiante,
permite su acceso a la información desde cualquier lugar y a cualquier
hora, lo que posibilita su uso frecuente.
Los estudiantes pueden
organizar su tiempo de estudio, su carga horaria, reforzar temas que a
su criterio no están claros, tener a su disposición información
completamente actualizada, estar comunicados a nivel global,
intercambiar experiencias, solventar sus dudas a través de foros de
participación que hacen que la interacción entre profesor y alumnos
supere muchas veces en tiempo y calidad a la que se obtendría en una
clase presencial.